Sala Galileo Galilei. Madrid
El concierto, como era de esperar, hizo las delicias de los asistentes con las siempre divertidas (y muy instructivas) presentaciones de Germán. Pero eso no oculta la inmensa y apasionante labor de investigación que han llevado a cabo en la Biblioteca de la Universidad de Santa Bárbara en California, entre los miles de cilindros antiguos de cera digitalizados, de los que se han extraído más de un centenar de canciones de la Primera Guerra Mundial. Diez de ellas conforman su segundo disco, titulado Músicas populares de la Gran Guerra (Producciones Efímeras).
Germán Díaz enfatizó a lo largo de casi hora y media de actuación la fama que tuvieron estas canciones durante las décadas posteriores, llegando a popularizarse a través de varias películas. Algunas de ellas provenían del cancionero popular, como la irlandesa It´s a long way to Tipperary, y otras las firmaron compositores de renombre como Irving Berlin y Oh! How I hate to get up in the morning. Cada una de las canciones estuvo precedida por un fragmento de la versión original.
Antonio Bravo, magnífico guitarrista, aporta la improvisación del jazz -música incipiente durante la Gran Guerra- y Germán Díaz las diabluras con su zanfona. Se encuentran en un momento espléndido de gran creatividad y calidad, tanto a nivel personal como en dúo, adquiriendo un sonido muy original.
No es la primera vez que abordan canciones relacionadas con períodos de conflicto bélico. Ya lo hicieron en su primer disco de 2007, Músicas populares de la Guerra Civil (Producciones Efímeras), dedicado al cancionero popular de nuestra Guerra Civil. Puede resultar paradójico que canciones creadas o interpretadas durante períodos tan crueles resultan tan amenas y hasta jocosas en algunos casos. Tenían varios fines, y uno de ellos, quizás el principal, era el de aliviar las tensiones de la guerra y levantar el ánimo de la tropa. Un fascinante universo sonoro por descubrir, el de la música popular en las guerras, que la Brigada Bravo & Díaz se ha empeñado en continuar investigando. De hecho, durante el concierto presentaron una canción que pertenece a la II Guerra Mundial.
¿Existe esta riqueza musical en los modernos conflictos? Posiblemente no, porque como explicó Germán en una reciente entrevista radiofónica, los medios masivos de comunicación (la televisión sobre todo) y las modernas redes sociales han fulminado esta rica parte de la cultura popular. Seguramente los soldados ahora estén más enganchados a los teléfonos móviles que a cantar en los momentos de descanso del combate.
Fotografías: Carlos Monje