Thelonious. Buenos Aires
Miles es para los músicos de jazz lo que Pablo Picasso es a los pintores que lo sucedieron: una referencia inevitable y al mismo tiempo un parámetro de calidad y audacia ante el cual medirse. Imposible sustraerse al influjo de estos genios que lo inventaron casi todo. Frente a la enorme sombra que proyectan, sólo caben dos posibilidades: rendirse a ellos o enfrentarlos.
Para motorizar la serie de conciertos que está llevando a cabo todos los viernes de noviembre en uno de los reductos más activos del jazz en Buenos Aires, el joven trompetista argentino Mariano Loiácono parece haberse decantado por esta última opción. El ciclo The Miles Davis Song Book es una celebración de la música del gran trompetista en la que Loiácono y su quinteto reflejan la admiración que le profesan sin dejarse anular por su enorme figura; respetando el espíritu de su obra pero, lejos de emularlo, reelaborándolo. Optando, en síntesis, por versiones personales en lugar de desvaídos y previsibles covers.
El primero de los conciertos (al que asistió Diariofolk) arrancó con When I fall in love, esa bellísima balada donde Mariano Loiácono logró recrear el sonido aterciopelado de la trompeta asordinada de Davis, dialogando amorosamente con el piano de Francisco Lo Vuolo. Ya con el público en clima, la batería de Eloy Michelini avanzó como un tren sobre Some Miles Away, el único tema del show compuesto por Mariano, que forma parte de su quinto y último disco, el muy elogiado Black Soul, grabado con la misma formación que lo acompaña en este ciclo. Con un registro cercano al hard bop, la pieza sirvió para que los músicos se fueran encendiendo, primero con la trompeta de Mariano y el saxo tenor de su hermano Sebastián sonando potentes al unísono, y luego con el saxo volando como un abejorro hacia un estado de frenesí hasta arribar todos a un final de lujo, con una referencia al inevitable So What.
Si los ingredientes de la receta del concierto (músicos de solvencia probada más un repertorio de excelencia) hacían presagiar un buen resultado, a esta altura del concierto las expectativas ya se habían confirmado. Con sus impecables versiones de If I were a bell; el agridulce y nostalgioso There is no greater love, Diane y Straight no chaser el quinteto terminó de demostrar que suena potente, bien ensamblado, y que todos sus integrantes son capaces de tocar rápido y bien, con gran sentido del swing y alternando pasajes de gran intensidad con momentos más reposados y reflexivos en un admirable equilibrio.
Mariano Loiácono a la trompeta con su hermano Sebastián al saxo tenor, Francisco Lo Vuolo al piano, Jerónimo Carmona al contrabajo y Eloy Michelini a la batería supieron estar a la altura del prestigio que han sabido ganarse en la escena argentina del jazz, ya sea tocando junto a los mejores exponentes locales del género como a destacadas figuras internacionales. Sin ir más lejos, cabe recordar que Mariano, por citar sólo un ejemplo, ha tocado con músicos de la talla de Adrián Iaies, Mariano Otero, Juan Cruz de Urquiza, Horacio Fumero, Ernesto Jodos, Paula Shocrón y Daniel “Pipi” Piazzola, por mencionar sólo a unos pocos, y ha compartido escenario con figuras como Dave Holland y Dave Douglas.
El cierre llegaría con un impecable fraseo de Mariano que fue creciendo hasta encontrar a toda la banda sonando a pleno en una personalísma versión de Stella by starlight que seguramente habría aprobado el creador de Kind of Blue.
Nuevamente un placer disfrutar del relato exquisito de Marinelli sobre un concierto de jazz. Casi como si hubiera estado alli!
Muchas gracias por tus conceptos, Pat!