André Marques homenajea a Hermeto Pascoal con John Patitucci y Clarence Penn

12/08/2015 - Fernando Marinelli
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Lilian Saba. André Marques Trio - 31/07/2015
Centro Cultural Kirchner. Buenos Aires
Con la presentación en una misma noche de la argentina Lilian Saba (secundada en vientos por Marcelo Chiodi) y el trío del brasileño André Marques, Buenos Aires volvió a disfrutar de otra gran noche en el Festival Piano Piano
André Marques

En 1964, el pianista argentino Enrique “Mono” Villegas –tan recordado por su manera de tocar como por su agudo sentido del humor– grabó un disco en vivo al que puso por título una de sus frases más celebradas: parodiando al verso “Al gran pueblo argentino, salud!” del Himno Nacional, el disco se llamó Al gran pueblo argentino, ¡pianos!. Medio siglo después, el deseo de Villegas casi se está convirtiendo en realidad. Pianos –o mejor dicho pianistas– muchos y calificados, procedentes de distintas partes del mundo, es lo que está recibiendo el público argentino a través del festival internacional en homenaje a ese instrumento que desde hace un mes largo está sucediendo en el edificio del antiguo Correo Central. El brasileño Benjamim Taubkin, programador del ciclo, ratifica la importancia del evento cuando expresa: “Reunir a tantos pianistas contemporáneos con distintos abordajes, caminos, propuestas (…) es como un sueño para los que programan, tocan, y creo para el público, que va a disfrutar de un panorama de lo que se produce hoy en nuestro continente y también en el mundo”.

Lilian Saba abrió su set con dos bellos temas: Calle de los tilos (una composición propia en homenaje a la localidad bonaerense de Azul, de donde es oriundo su marido y compañero de escenario) y la emotiva Zamba de los mineros, de Leguizamón y Dávalos, para desembocar en otra obra propia, la muy inspirada Sol y luna, una pequeña joya con aires del Altiplano que da título a su ultimo CD, donde se lució especialmente Marcelo Chiodi en el sikus y la quena.

De sólida formación académica, discípula del gran Manolo Juárez y con una intensa actividad docente, Saba es una de las pianistas, compositoras y arreglistas más refinadas de la actual música argentina de raíz folclórica. A su toque sutil y de gran musicalidad une una personalidad alejada de todo divismo que la convierte en una persona cercana y querible. Su entendimiento musical con Chiodi es ajustadísimo y logra momentos de gran emotividad, como lo demostraron en la excelente interpretación del tango Garúa (de Troilo y Cadícamo), donde Chiodi lleva la melodía mientras Lilian subraya algunas líneas o deja volar su imaginación sobre el teclado. O en la milonga ciudadana Esquina Vallese, con la acertada inclusión de una flauta travesera. Pero Saba también es capaz de lucirse en solitario, como lo demostró en Malambo libre, del CD del mismo nombre, sin duda uno de los puntos más altos del concierto, que concluyó a pura zamba y chacarera, con un homenaje a Raúl Carnota (El otro camino) y el clásico La vieja.

John Patitucci

Si el aperitivo abrió el apetito musical del auditorio, el plato principal terminó por dejarlo más que satisfecho. El trío de jazz integrado por André Marques al piano, John Patitucci al contrabajo y Clarence Penn a la batería arrancó con fuerza y mucho ritmo y mostró durante todo el concierto un ensamble perfecto entre los tres ejecutantes, que dialogaron enre sí sin superponerse ni eclipsarse, mostrando en todo momento un sonido compacto y sin fisuras, a la altura de los antecedentes de cada uno de ellos.

Pianista, compositor, arreglista y estudioso de las músicas tradicionales de su país, el paulista André Marques es uno de los creadores más interesantes de la escena brasileña actual. Ha tocado con músicos de jazz de diferentes latitudes, pero sin duda su medalla más importante es haber sido discípulo y compañero de ruta del talentoso e inclasificable Hermeto Pascoal durante más de veinte años. Con el repertorio de este creador, precisamente, Marques está grabando una serie de cuatro discos, y para su actuación en el Centro Cultural Kirchner eligió recrear el primero de ellos, Viva Hermeto!, que ya ha sido lanzado, pero con Clarence Penn reemplazando a Brian Blade, quien toca la batería en la grabación original. De John Patitucci no hace falta decir mucho. Su participación tanto en la Elektric Band como en la Akoustic Band de Chick Corea terminaron de posicionarlo como uno de los mejores contrabajistas de la escena mundial, coronando una extensa carrera junto a estrellas como B. B. King, Herbie Hancock, Michael Brecker, John Abercrombie y Dizzy Gillespie, entre muchos otros, con los cuales abarcó desde el blues clásico y afrocubano al pop y el jazz. Clarence Penn, por otra parte, es uno de los bateristas más requeridos de la escena actual. Instalado en Nueva York desde 1991, ha tocado con Wynton Marsalis, Betty Carter, Michael Brecker, Dave Douglas o Richard Galliano.

Juntos desplegaron sobre el escenario una performance impecable, con temas extensos que les permitieron desarrollar gran cantidad de climas y variaciones, con solos de duración adecuada y siempre enmarcados por una atmósfera general de sobriedad, pero no carente de swing. Marques parece divertirse cuando toca, lo hace relajado, como si no le costara esfuerzo. Se para y se sienta reiteradamente durante sus ejecuciones, comunicándose con sus compañeros con todo su cuerpo. Es capaz de tocar muy rápido, maneja muy bien los ritmos latinos y se desenvuelve con la misma soltura en tramos más intimistas, sin decaer nunca. El brasileño prescindió de las partituras durante todo el concierto, salvo cuando encaró en solo piano Ferragens, una obra compleja de Hermeto Pascoal, dividida en cuatro momentos, que fusiona folklore brasileño con música contemporánea, con muchas variaciones y un final dramático que Marques superó sin dificultades.

Penn y Patitucci aportaron lo suyo y no se limitaron al rol de acompañantes. El primero es un baterista preciso, de solos impecables y un gran creador de atmósferas, como cuando acaricia los platillos con las mazas. Mientras que Patitucci es un contrabajista laborioso, que demostró cabalmente por qué ocupa el lugar que ocupa. Se lució en los solos y también cuando tomó por única vez el arco en uno de los temas, para entregar un sonido profundo y melancólico.

El final fue con otro tema del CD Viva Hermeto!, Boiada, digno cierre para dos horas y pico de música que el público celebró con un nutrido aplauso.

Fotos: André Marques, John Patituci y Lilian Saba por Fernando Marinelli.

Lilian Saba

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