Diariofolk

Mayte Martín ha ido confeccionando este disco a fuego lento, muy lento, ni más ni menos que durante 22 años, hasta conseguir dibujar “mi cardiograma, el trazado sonoro de mi registro vital y amoroso” que contiene “el tesoro emocional y sonoro más íntimo y preciado de mi vida”.

Con estas premisas no es extraño sospechar que Tiempo Rubato es una obra concebida e interpretada con toda la sinceridad, con todo el romanticismo y con toda la artesanía que la barcelonesa ha ido asimilando a lo largo de su carrera hasta lograr un perfil personal propio, que la mantiene equidistante del flamenco, de la copla y del bolero, por citar tres de los estilos que le son más familiares.

Canciones de amor compuestas por ella misma o inspiradas en poemas de Rafael de León -Soneto de amor- y Federico García Lorca -Gacela del amor inesperado-, además de un tango de Carlos Gardel -Sus ojos se cerraron- dedicado a la desaparecida Elba Picó, componen el repertorio de un disco en que la cantante se desnuda física, emocional y artísticamente para mostrarse tal como es, sin impurezas ni contaminaciones de ningún tipo.

En esta empresa, Mayte ha contado con la inestimable colaboración de Joan Albert Amargós, que ha sido el responsable de los arreglos de las composiciones, en cuya interpretación ha intervenido el quinteto de cuerda Qvixote, ayudado por la guitarra y las percusiones de los hermanos Pau y Arnau Figueres.