Tango Negro
Acqua Records 2018
¿Qué tienen en común Michael Jackson con Ángel Villoldo y Burt Bacharach con Aníbal Troilo? ¿En qué punto se encuentran Barry White con Osvaldo Frezado o Stevie Wonder con Mariano Mores? ¿Qué une a la música de Clifton Davis con la de Francisco Canaro? Las respuestas a tan insólitas preguntas pueden encontrase en Tango Negro, el séptimo trabajo discográfico del colectivo argentino Tangoloco, y puede que sorprendan a más de uno.
No es la primera vez que Tangoloco encara un proyecto de estas características. La agrupación creada por el compositor, pianista y arreglista Daniel García en 2002 –a partir del éxito obtenido por su banda sonora para la serie argentina de televisión 099 Central– se inició fusionando el tango con elementos de rock, jazz y funk. Y los resultados de esta mixtura ya han podido ser apreciados en anteriores trabajos. El segundo registro discográfico del quinteto, Tangos de Liverpool (2004), fusionaba melodías de The Beatles con el tango. El tercero, Rock en 2×4, incluía clásicos del rock argentino entreverados con el tango, con invitados como Rubén Rada, Pablo Ziegler, María Volante y Guillermo Fernández. Y en el 2010 editaron Tangos del mundo, junto a la cantante japonesa Anna Saeki, un trabajo donde abordaron temas de Sting, ABBA, Queen y otros, llevados al 2×4, la milonga y el candombe y con el que recorrieron once ciudades de Japón.
En esta ocasión, en formato de quinteto más orquesta de cuerdas y vientos, el colectivo encara un repertorio donde cruza tangos y milongas clásicos con temas populares de la música afroamericana, mayormente de los años 80. Intérpretes y autores muy conocidos, como Aretha Franklin, Gloria Gaynor y, yendo un poco más atrás, Duke Ellington –además de los ya mencionados– se hermanan con tangueros como Mores, Fresedo, Troilo, Piazzolla, Canaro y Filiberto. Y formulan una invitación al baile casi imposible de rechazar, pero que no desmerece en absoluto la calidad de unas interpretaciones que llaman la atención por su brillo e intensidad. Este no es un dato menor ni una casualidad: Daniel García es un músico con una larga trayectoria a nivel nacional e internacional como arreglista y compositor. Ha trabajado junto a artistas de la talla de Mercedes Sosa, Luis Salinas, Víctor Manuel, Pedro Aznar, Lito Vitale, León Gieco, Julia Zenko, la compañía del bailarín Maximiliano Guerra y el violonchelista Yo-Yo Ma, entre otros, obteniendo además un premio Martín Fierro por su canción Con las alas del alma, con textos de Eladia Blázquez. Y los músicos de los que ha sabido rodearse no le van a la zaga: en el quinteto brillan Walther Castro al bandoneón, Mono Hurtado al contrabajo, Horacio Montesano a la guitarra eléctrica y Christian Colaizzo a la batería. En la lista de invitados figuran Víctor Skorupsky (saxos), Nicolás Perrone (bandoneón), Gonzalo “Pollo” Fuertes (contrabajo), Pablo Giménez (trombón), Serdar Geldymuradov (primer violín), Pablo Hopenhayn (segundo violín), Javier Cárdenas (violas), Jorge Bergero (violonchelo) y Rubén Albornoz (oboe), además de los cantantes Ivonne Guzmán, Virginia Márquez, Laura González y Dany Dorf. La placa cuenta también con algunas participaciones especiales, como las de Raúl Lavié, Carlos Buono, Jorge Vázquez, el trompetista Miguel Tallarita y una de las mejores voces del Río de la Plata, Rubén Rada, que interpreta el popular Candombe para Gardel.
Más de un año de trabajo demandó la concreción de este proyecto en el que participaron veinticinco músicos, una orquesta de cuerdas, bronces y cantantes invitados. Y ese esfuerzo no pasa desapercibido en la placa. Los cruces de géneros son siempre riesgosos y a menudo no resultan felices. Algunos, incluso, son tan imposibles como mezclar el agua y el aceite. Pero Tangoloco sale airoso del desafío. Si bien la fusión no siempre se da por completo, escuchado sin prejuicios el disco ofrece una respuesta a las preguntas del principio: el tango y la música popular afroamericana pueden tener un punto de encuentro en la pista de baile.