Diariofolk

La música de Totó la Momposina es la de la costa caribeña de Colombia. Su familia era de la aldea de Talaigua, en el corazón de la isla de Mompós, en el gran río Magdalena. Su verdadero nombre es Sonia Bazanta Vides y su origen musical se remonta a cinco generaciones. Su padre era baterista y su madre una cantante y bailarina que enseñó a Totó el orgullo de su herencia, una mezcla única de cultura africana, indígena y española.

Durante la guerra civil en Colombia, la familia se vio obligada a huir de su casa y trasladarse a Bogotá. Allí su madre comenzó a formar un grupo de baile, creado con la intención específica de reforzar el orgullo que Totó y sus hermanos tenían de su identidad colombiana y la cultura afro-indígena. Durante sus años de adolescencia, el tocadiscos de su padre le dio acceso a la música pop occidental y, a finales de los años 60, el futuro de Totó parecía estar bastante bien definido.

A partir de aquí, se fue consolidando la relación de Totó la Momposina con la cultura en general y la música popular en particular, tanto a partir del trabajo de campo como desde la formación académica. En 1993 se publicó en Europa Candela viva (Real World), donde Totó nos descubrió toda su herencia y su bagaje musical; un disco que significó el punto de partida para el reconocimiento del trabajo y el talento de Totó la Momposina, tanto en Colombia como en el resto del mundo. Originalmente, Candela Viva fue grabado en dos sesiones, primero por Phil Ramone en el año 91 y luego por John Hollis, con casi un año de diferencia. La realización del álbum permitió a Totó participar en los festivales Womad.

Los temas de Candela viva vuelven ahora a nuestras manos, a través de un nuevo proyecto titulado Tambolero. En él se han recuperado temas de aquellas sesiones que no aparecieron en la primera edición (caso de Gallinacito o Tambolero) y también se han grabado nuevas versiones de los temas de Candela viva, como La sombra negra o Dos de febrero, incorporando las voces de las hijas de Totó.

Tambolero es un disco libro lleno de fotos, comentarios y -lo más importante- grandes canciones, que cuenta la historia de aquella primera grabación. El disco suena fresco e inmediato, y es a todos los efectos un registro completamente nuevo, un merecido homenaje a una de las estrellas más vivaces de la música colombiana.

Un disco emocionante, con el que Real World celebra una de las joyas de su catálogo y también una carrera artística que pronto alcanzará seis décadas de trayectoria.