Diariofolk

Mario Parmisano, músico con un pie en el jazz y otro en el tango, vuelve a dialogar aquí con un puñado de maravillosas páginas piazzollianas tras sus registros Remembering Astor (2010), Michelangelo (2012) y Forever Astor (2014). Experiencias discográficas a las que habría que sumar sus múltiples conciertos de homenaje a Piazzolla con su trío, con prestigiosas orquestas de cámara y sinfónicas (recientemente se presentó con la Sinfónica de Moscú) y en solitario.

Piazzolla centenario es el primer disco en solo piano de Mario, desafío al que tarde o temprano ha de enfrentarse un pianista de sus características. Es, sin duda, como él mismo lo comenta a Diariofolk, su «acercamiento más profundo al gran maestro Astor» y seguramente su disco de más alto vuelo, resultado, como comentábamos, de un laborioso proceso de maduración artística.

También hay que tener en cuenta que, por otra parte, el jazz viene teniendo un papel fundamental en la trayectoria de Parmisano. Cabe destacar, en este sentido, la colaboración que, desde los 90, mantiene con Al Di Meola, con quien ha compartido cientos de conciertos y una decena de registros (como pianista, arreglista, compositor y productor asociado), codeándose con artistas como Herbie Hancock, Chick Corea, Marc Johnson, John Patitucci, Peter Erskine, Steve Gadd, Manú Katché o la Sinfónica de Toronto.

Registrado íntegramente en una sola toma, Piazzolla centenario nos muestra a un inspirado Parmisano que se pasea creativo por un territorio musical que conoce a la perfección. Hablan claramente de su talento las originales lecturas que nos regala de composiciones como Invierno porteño; Libertango o Adiós, Nonino (estupendamente servida en un formato de suite en tres movimientos).

Una feliz e íntima celebración de los cien años del nacimiento de Piazzolla. «Una charla fraternal –como dice el propio Parmisano– entre maestro y discípulo».

 Foto: Claudio Román.