Memorias de un bandoneón
Acqua Records 2016
Al escuchar el doble CD de Carla Algeri que acaba de llegar a nuestra mesa, Memorias de un bandoneón, uno se siente tentado a arriesgar que se trata de uno de los mejores discos de tango de este último año. No faltan razones para aventurarse así, pero mejor vayamos por partes.
Nacida en un suburbio de Buenos Aires, en el seno de una familia melómana donde había guitarristas, cantantes y un abuelo restaurador de órganos de tubo, Carla Algeri dio sus primeros pasos en el tango a los cuatro años, y ya nunca se detuvo. Estudió el piano de la mano de uno de los referentes más importantes de este género, el maestro Osvaldo Pugliese. A partir de los cinco años, su sueño excluyente fue tocar el bandoneón. Pero recién pudo empezar a concretarlo en 1998, cuando decidió acercarse a Rodolfo Mederos para tomar clases con él. Ese día comenzó la historia de Carla Algeri como bandoneonista, arregladora, directora y solista junto a los grandes del tango.
Desde entonces, viene transitando un frondoso camino donde se hilvanan hitos que, imposibles de enumerar en este espacio, obligan a mencionar sólo los más significativos. Carla tocó y grabó con la orquesta de Rodolfo Mederos, con quien compuso la música de la película El último Bandoneón (dirigida por Alejandro Saderman), en la que también actuó. Integró diferentes formaciones: dúo, trío, quinteto, orquesta típica y solista de orquesta de cuerdas y sinfónica. Escribió y dirigió un sinnúmero de musicales. Acompañó a artistas de la talla de Leopoldo Federico, Chico Novarro, Juanjo Domínguez y Enrique Morente. Se ocupó de promover ante la UNESCO la declaración del Tango como patrimonio de la humanidad en el 2009. Hoy ejerce la docencia en orquestas juveniles y es bandoneonista y directora de Polo Bandoneón, entidad creada en la Ciudad de Buenos Aires para la enseñanza y divulgación de este instrumento. Y entre todo esto, grabó discos y formó su propia orquesta típica en el 2010.
Todas estas vivencias personales y experiencias musicales confluyen y parecen sintetizarse en Memorias de un bandoneón, una ambiciosa obra que incluye dos CD.
El disco uno, Responso, es un homenaje a Aníbal Troilo con una selección de clásicos del inolvidable Gordo. Fue grabado con la Orquesta Sinfónica de Polo Bandoneón (donde destaca el primer concertino en manos de Rafael Gintoli) y con el aporte de los maestros José Pepe Colángelo, Juan Alberto Pugliano y Ariel Pirotti al piano; la voz de Eduardo Pulis en uno de los temas y dos conocidos de Diariofolk: Armando de la Vega a la guitarra eléctrica y Alejandro Santos a la flauta traversa.
El segundo disco, Cuando tú no estás, es un tributo al inefable Carlos Gardel, también a través de sus clásicos. En este caso, el bandoneón solista de Carla se respalda en la Orquesta de cuerdas de Polo Bandoneón, con arreglos y orquestación de Rodolfo Mederos en varios temas. La orquesta, dirigida como la anterior por Silvia Restrepo, se refuerza en esta placa con el bandoneón de Mederos y varios de los músicos ya mencionados, a los que se suma Sergio Rivas -el habitual compañero de andanzas de De la Vega- al contrabajo.
En ambas placas el bandoneón de Carla respira y transpira tango. Ya lejos de los tiempos en que tuvo que aprender a tocar “a la parrilla” para acompañar cantantes y ganar oficio (pero capitalizando ese fogueo), la intérprete alcanza aquí su madurez interpretativa a fuerza de sensibilidad y profundidad. Memorias de un bandoneón es un disco sumamente elaborado, donde la incomparable sonoridad de las orquestas de tango alcanza los más altos niveles de elegancia y refinamiento.
Carla Algeri suele contar una anécdota. Cuando uno de sus hijos era pequeño, entró a la sala donde ella estudiaba el instrumento y le preguntó «Mamá, ¿por qué cierras los ojos cuando tocas el bandoneón?». Ella se tomó unos segundos para superar la sorpresa y le respondió «Para poder ver la música por dentro». Pongamos este CD en el reproductor, cerremos los ojos y disfrutemos de todo lo que Carla Algeri nos hace ver con su música.
Hay profesores que dejan huellas en la de las persona. Que se cruzan en nuestro camino para forma los cimientos de los conocimientos del bandoneón. Eso es lo sentí de la Profesora Carla Algeri en sus clases recibidas en el Polo del Bandoneón.
Excelente album de principio a fin, se respira puro aire porteño