Diariofolk

A los 73 años, y con 53 de carrera artística a las espaldas, el veteranísimo Quico Pi de la Serra vuelve a la carga con sus sarcasmos y su socarronería, con sus críticas y sus autocríticas, con sus composiciones de influencia francesa y sus blues de la mejor escuela, en un disco que lo sitúa de nuevo como una de los valores imperecederos de la canción catalana, mediterránea, europea y universal.

Quico ha reunido en Dues tasses (Dos tazas) quince piezas, la mayoría nuevas, pero también unas cuantas recuperaciones y hasta una versión de un tema ajeno. En cuanto a las novedades, destacan las sinceras confesiones que suponen esos balances autobiográficos que son Quan un es torna gran (Cuando uno se hace mayor), Soc poeta (Soy poeta) y S’ha de parlar per més dir (Hay que hablar para decir más), además de una sus clásicas diatribas contra el cinismo y la hipocresía que nos circundan: Si la merda fos or els pobres neixerien sense cul (Si la mierda fuese oro los pobres nacerían sin culo), en la que canta contra el racismo riéndose de uno mismo y de los suyos: Ay quien fuera blanco, / aunque fuera catalán).

Por lo que respecta a los temas rescatados de anteriores trabajos suyos, en el CD aparecen Els fariseus (Los fariseos), Inventari (Inventario), Suau (Suave) y Merda (Mierda), que es la versión definitiva de Verda (Verde), una vieja canción en la que jugaba con y engañaba a la censura, dada la similitud entre ambas palabras. Por último, la adaptación es de un conocido alegato contra la escuela franquista, L’escola de Ribera de su amigo y compañero de fatigas ya desaparecido, Ovidi Montllor.

Acompañan a Pi de la Serra en este trabajo dos de los más reputados músicos de la cantera de blues del país, el guitarrista Amadeu Casas, que también ejerce de productor, y el harmonicista Joan Pau Cumelles. Y en la sección rítmica participan Matías Mínguez (bajo) y Salvador Toscano (batería).