Diariofolk

La carrera de Cécile McLorin Salvant (Miami, 1989) se ha construido alrededor de una voz magistral, capaz de llegar a los registros más dispares en una misma frase, pero que utiliza con habilidad y moderación, quizá por su formación clásica. Su presencia, tanto como su equilibrio, control e inventiva, son únicos. La unanimidad de la crítica y los certámenes no se hicieron esperar: en 2010 ganó primer premio en el Concurso Internacional de Jazz Thelonious Monk, en 2014 ganó cuatro categorías en la Encuesta de los Críticos de Down Beat -álbum de jazz del año, vocalista femenina, nueva artista de jazz y nueva vocalista femenina- y en 2105 se hizo con un Grammy por su álbum For One to Love.

Grabado en vivo en el Village Vanguard de Nueva York (a veces se puede escuchar al público entusiasta) y en el estudio en DiMenna Center de la misma ciudad, el doble disco Dreams and Daggers ofrece una cuidada selección de estándares y originales que exploran conceptos antagonistas, como el amor y la ira, o la alegría y el dolor, y la manera en que estas emociones están relacionadas.

En “Sueños y dagas”, cuarto álbum de su carrera, Cécile McLorin Salvant está acompañada de su trío habitual: el pianista Aaron Diehl , el bajista Paul Sikivie y el baterista Lawrence Leathers. También colaboran en varios temas Catalyst Cuarteto, ensemble de cuerda clásica, y el pianista Sullivan Fortner, en el clásico de Bessie Smith You’ve Got to Give Me Some.

Otra de las grandes fortalezas de la vocalista es la reinterpretación de un repertorio que a primera vista parece pasado de moda. Sin embargo, sus lecturas a menudo oscuras de estas canciones están imbuidas por políticas raciales y de género muy modernas, y los arreglos son a menudo tan inquietantes como las voces.

Entre lo más destacado del disco se encuentran dos clásicos imperecederos: la canción de Kurt Weill y Langston Hughes Somehow I Never Could Believe y Tell Me What They They Saying Can not Be True, de Buddy Johnson, en los que Cécile exprime toda la emoción de las letras. Muy destacable es también la versión de You’re My Thrill, que por su originalidad y fuerte personalidad desmiente el supuesto parecido de la cantante con Billie Holiday. Por último, My Man’s Gone Now es una interpretación apasionante y desgarradora de la conocida pieza de “Porgy and Bess”.

McLorin suena en ocasiones como Sarah Vaughan o Nina Simone, pero también se escuchan en su voz fuertes ecos de Blossom Dearie en esta selección de canciones, con su mezcla de sabores dulces, amargos y salados. Un potente y variado menú cada vez con más estrellas, pero apto para todos los paladares.