
Do outro lado do azul
Universal 2019
La carrera de esta mujer ha sido fulgurante. Y tan sólo tiene 25 años: a los 3 se puso a cantar en una coral. A los 7 empezó a estudiar trompeta. A los 12 se incorporó a la Sant Andreu Jazz Band, dirigida por su futuro mentor, el contrabajista Joan Chamorro. A los 15 grabó su primer disco como solista. A los 20 entró en la Escola Superior de Música de Catalunya. A los 22 fue la primera catalana que fichó por el prestigioso sello norteamericano Impulse!, que le editó Emotional dance. Y el año pasado protagonizó el documental La trompeta silenciosa, dirigido por Ramon Tort, y publicó el octavo trabajo de su discografía particular, Do outro lado do azul.
La trompetista, saxofonista y cantante Andrea Motis va camino de convertirse en toda una estrella, si no lo es ya. Pero ella se lo toma con toda la tranquilidad del mundo, apelando a una sencillez que es su distintivo personal. Y en esa ruta hacia el estrellato ha recalado en un refugio muy querido por los amantes del jazz: la música brasileña.
La bossa nova, la samba, el choro… son ritmos en los que Andrea -como tantos otros colegas- se siente cómoda y los moldea a su manera con sus composiciones propias y con una selección de versiones no necesariamente conocidas por el gran público, pero si muy ajustadas a sus pretensiones, en las que el rigor se combina con la dulzura. Por cierto, tal vez la adaptación más llamativa del disco sea una que no tiene nada de brasileña, aunque aquí lo parezca: Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat, que es elevada a la enésima potencia.
La joven líder cuenta un portentoso grupo que ya la acompaña desde hace tiempo, formado por músicos tan bregados como el mencionado Chamorro, el guitarrista Joan Traver, el pianista Ignasi Terraza y el batería Esteve Pi, a los que hay que añadir unos cuantos invitados más, entre ellos algunos brasileños que aportan un acento imprescindible a esta producción que ha arreglado y dirigido la misma Andrea.