Diariofolk

¿Música tradicional? ¿Canción de autor surrealista? ¿Rock psicodélico? Todo esto y mucho más es el grupo zaragozano Les Conches Velasques -por cierto ¿de dónde habrán sacado este nombre?-, que con su segundo disco han vuelto a sacudir los cimientos de no se sabe exactamente qué. Lo que es seguro es que los han dejado bien sacudidos.

De entrada, trabajan con el sello Repetidor, que solo edita vinilos, lo cual ya es un hecho destacable, por no decir que marca una diferencia. Pero es que de salida su música es muy difícil de definir. Sí, se notan las influencias de la raíz mediterránea, también se intuye el trasfondo bien trabajado de las letras, y el tratamiento estilístico viene marcado por las guitarras eléctricas afiladas y las percusiones secas. Pero la pregunta -otra pregunta- es: Y con todo eso ¿a dónde quieren ir a parar, si es que quieren ir a parar a ningún sitio?

En esta Celebración del trance profano, Les Conches Velasques hacen ostentosa gala de lo que unos han denominado “música popular sin pueblo” y otros, “rock antropológico”. La cuestión es que han metido en la batidora músicas de los marroquíes Hamid Alemmou y Nass el Ghiwane y del dulzainero castellano Agapito Marazuela y poemas de Miguel Hernández y, sobre todo, de Pedro Salinas, y les ha salido una ensalada tan inclasificable como esta.

Por favor, que sigan experimentando.