Diariofolk

Cantar y batir, el último disco de Eliseo Parra, no es un disco más en la carrera del maestro. No vamos a encontrar en él a la magistral banda que le ha escoltado en sus últimas grabaciones, pues en este trabajo -al igual que en Trece romances y una cançó, del año 2018- Eliseo prescinde de tan ilustre elenco de músicos. Tampoco se hace acompañar por Las Piojas, ese grupo de alumnas y alumnos que le han arropado en alguna grabación y muchos conciertos. Lo que aquí encontramos es una colección de canciones tradicionales, desnudas de instrumentación a excepción de la percusión tradicional que interpreta él mismo.

Y esa era la primigenia idea de este disco, gestado como tantos otros proyectos durante el confinamiento. Pero poco a poco, la idea se orientó hacia las voces, que asumieron un sobresaliente protagonismo como único “instrumento armónico” de este trabajo. Voces todas ellas aportadas por Parra, que llenan de coros diversos las canciones. Segundas, terceras voces, coros múltiples que colman de variaciones y sorpresas el disco.

El repertorio que atesora Eliseo Parra tras varias décadas de investigación e interpretación de la música tradicional es sencillamente monumental, por eso cada uno de los discos que puntualmente va grabando y lanzando al mercado es una nueva oportunidad que tenemos para ir descubriendo parte de esas piezas tan amorosamente guardadas. En Cantar y batir encontramos canciones que no le habíamos oído cantar nunca antes, y otras solo escuchadas por los privilegiados oídos de sus alumnos en clase, como ese excelente y bellísimo baile sanabrés de título De corrillo en corrillo.

Bailes de Peñaparda, corridos maragatos, charros, romances, seguidillas y Asómate a la ventana, una asombrosa versión de la jota Pulida magallonera adornada por coros duduá, forman el sabroso repertorio de Cantar y batir.

Además, y para cerrar el disco, Eliseo Parra ha querido grabar una versión de Mediterráneo de Joan Manuel Serrat, una canción que lleva cantando desde que tenía 22 años. Y es que Eliseo Parra puede permitirse estos y otros muchos proyectos osados, es lo que tienen los maestros.