Arbolito florido
Autoproducido 2012
Aunque está ya bien entrado el otoño, nos ponemos a escribir ahora sobre este Arbolito florido que nos trajo la última primavera de la mano de Alberto Jambrina y Pablo Madrid. El disco está producido mediante el sistema de micromecenazgo, sistema que parece mostrarse como una efectiva ayuda en los difíciles tiempos que vivimos.
La trayectoria de estos dos incansables músicos todoterreno, que trabajan juntos desde los años 80, se remonta a la época del Colectivo de Folklore Zamorano y grupos tan importantes como Habas Verdes o Tradinova, hasta llegar en la actualidad a dirigir la Escuela de Folklore y el Consorcio de Fomento Musical de Zamora.
Para este trabajo, Jambrina y Madrid se han basado en los trabajos de campo recopilados durante muchos años y grabados con instrumentos tradicionales, y han conseguido elaborar una obra emocionante y sencilla que conecta directamente con la raíz y con esos anónimos informantes que han guardado el tesoro de la tradición desde tiempos inmemoriales.
El repertorio de Arbolito florido reúne una importante muestra de ritmos tradicionales, como jotas, habas verdes, pasacalles, brincaos, foxtrots, polcas o muñeiras, entre otros, con piezas destacadas como la que da nombre al disco, un tema de temática amorosa y de ritmo alegre interpretado con flauta, tamboril, bouzouki y voces, muy representativo del conjunto. Mucho más tradicional y ancestral suena La pájara pinta con el predominio de la sonoridad tan particular de la gaita de fole.
Es posible que las voces de Alberto Jambrina y Pablo Madrid no sean las más virtuosas del folk, pero suenan muy adecuadas para el trabajo que realizan y le dan una credibilidad que engancha al oyente. Muestra de ello es una de las más bonitas canciones del disco, Yo me enamoré del aire, que además cuenta con una instrumentación de hermosísimas cuerdas, flautas y percusiones. Aunque comparte letra y título con una conocida canción sefardí, musicalmente es completamente distinta, demostrando un origen común para una canción que acabó tomando caminos muy distintos.
Es destacable también la versión de El piojo y la pulga, otra canción conocida en toda la península, titulada en este caso O Piollo e a pulga, recogida en San Ciprián de Hermisende por los propios Jambrina y Madrid y cantada en un particular gallego.
Arbolito Florido es un ejemplo de que modernizar el folk no conlleva únicamente meter bajo y batería a las canciones tradicionales o ajustar los ritmos a los sonidos del pop, ni mezclar la música castellana o extremeña con la de las Higlands o Tombuctú. Es un disco esperado de un dúo que tiene la capacidad de transmitir su pasión por su trabajo, y uno de esos trabajos que hacen que los aficionados, amantes de la música tradicional, sigamos pensando que todavía se pueden hacer cosas que merezcan realmente la pena.
Si alguien se merece una buena crítica, son estos dos buscadores incansables de cultura popular, Trovadores del siglo XXI, Artistas que nos hacen disfrutar a tantos y tanto que no hay palabras que se lo reconozcan lo suficiente, yo creo que están hechos de otra madera, quizá de la madera del “Arbolito”.
Tienes mucha razón José Manuel, dos personas entregadas en cuerpo y alma a la conservación de la cultura tradicional
De Pablo Madrid: Muchas gracias Carlos Javier Monje Pindado por tanto elogio a nuestro Arbolito Florido. Para nosotros es importante comunicar en nuestras interpretaciones las emociones que hemos vivido con nuestros informantes, es una manera de seguir hablando de ellos; tu artículo contribuye a ello. Gracias.
De Alberto Jambrina: Lo mismo digo Carlos Javier Monje Pindado. Se nota que conoces nuestro trabajo de cerca y desde hace tiempo. Un abrazo.
Gracias a vosotros por todo lo que nos dais