Anòxia
Satélite K 2015
Jordi Montañez (Barcelona, 1985) forma parte de una nueva generación de cantautores catalanes que deberíamos conocer mejor. Su trayectoria artística comienza a darse a conocer en 2009 con una maqueta autoeditada y sus primeros conciertos en solitario. Tras un segundo trabajo de similares características registrado al año siguiente, publica su primer álbum: Dolça Victòria (Temps Record, 2011) –en el tradicional formato de voz y guitarra– y participa en Tribut de sorra i fulles (Editorial Mediterrània, 2011), libro disco distribuido por el diario Ara que recopila catorce poemas de Miquel Martí i Pol musicalizados por diferentes compositores catalanes. En 2012 forma parte del colectivo independentista La cançó necessària y publica Cançons d’ara (Mésdemil), un título más eléctrico y elaborado, punto de inflexión en su itinerario discográfico, que contó con los arreglos y la producción de Pau Romero. En 2014 participa en los discos colectivos Si els fills de puta volessin… el Quico es faria caçador y Canten Giné, homenajes a Francesc Pi de la Serra y Joan Pau Giné.
En Anòxia (Satélite K, 2015), el cantautor del Carmel reivindica una vez más la canción de autor comprometida, con sonoridades cercanas al folk y al rock firmando unas canciones que lo muestran como un compositor más sólido y asentado. La utilización en la portada de la obra de la poetisa visual alicantina Maria Albero y el título del disco (disfunción caracterizada por la falta de oxígeno) buscan simbolizar las asfixiantes opresiones de los poderes hegemónicos. “Queda prohibido respirar” recitaba Montañez en Nou conveni laboral, el último corte de su disco anterior; en la apertura de Anòxia canta: “Creo que tenemos que respirar, falta tu canto alimentando el aire (…) Veo todo mi tormento en tu gesto, la fatiga / del que tiene todo su presente ligado a un poder que nos asfixia” (Aire).
Montañez vuelve a contar aquí con el acertado trabajo de Pau Romero como arreglista, productor y guitarrista, imprimiéndole al disco un carácter diverso y a la vez homogéneo, siempre al servicio de las canciones.
En el repertorio del nuevo álbum –once cortes en catalán firmados por Montañez que incluyen unos versos de Carles Rebassa en Som (primavera del 14)– podríamos destacar las melodías bien trabajadas de temas como Aire, Anòxia, Diamant 232, Aquest sol de la infància, Paraules que perdré o Cançó 36. Las letras se mueven entre lo poético y lo panfletario, a veces sin demasiadas sutilezas: “Somos un fuego, millones de chispas vivas, / un megáfono, amplifica el grito de muchos” [Som (primavera del 14)]; “De este tierra de donde soy yo, / donde mueren las flores manchadas de sangre (…) No mendigar nunca todo lo que nos pertenece. / No desterraremos nunca los sueños ni los cantos, / anhelos de compañeros, ¡justicia social!” [Per canviar-ho tot]; “Creo en la victoria que vendrá, en el día del mañana, en la esperanza firme (…) Creo en nuestra libertad y en la solidaridad con todos los pueblos” [Aire]; “No tienes otra alternativa, / hacer la guerra a quien te niega la paz” [Leila]; “El capital devora todo el oxígeno de los humanos sin piedad” [Anòxia].
Anòxia nos habla de una sociedad asfixiada, del drama de los desahuciados, los afectados por las hipotecas, de Leila Khaled, de una Barcelona maltratada por la especulación inmobiliaria, de la necesidad de cambiar esta sociedad, de la lucha, del amor. Y también de un músico que va abriéndose camino, mejorando disco a disco, de uno de esos cantautores que no están dispuestos a bajar los brazos.
Jordi Montañez: voz
Pau Romero: guitarras
JJ Caro: teclados
Climent Lanaspa: bajo eléctrico
Antonio Torres: percusión
Anna Moliner y David Repullés: coros
Carles Rebassa: recitado en Som (Primavera del 14)
Gracias por hacernos conocer artistas catalanes como este, que llegan tan poco a la Argentina.