Diariofolk

En una de las vitrinas de la muestra Astor Piazzolla, el revolucionario del tango, que tiene lugar por estos días en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires, se exhibe la armónica que le regaló al recordado bandoneonista su padre, Vicente Piazzolla, el célebre Nonino del tango homónimo, cuando tenía ocho años. El hallazgo no sólo da cuenta de la pasión de Piazzolla por ese instrumento (del cual llegó a ser coleccionista), sino también del estrecho vínculo que liga a la armónica con el tango y la música de raíz folclórica argentina. Un vínculo que estableció definitivamente el enorme Hugo Díaz (1927-1977) y se continúa hoy en Franco Luciani, considerado por la crítica argentina como uno de los músicos más notables y talentosos de la actualidad y uno de los más destacados intérpretes del instrumento a nivel global nada menos que por la marca de armónicas más prestigiosa del mundo, que lo designó como endorser internacional.

Semejantes valoraciones se confirman plenamente en esta nueva placa de Luciani que hoy comentamos. Anda en el aire es la séptima producción discográfica del armonicista y compositor de Rosario, Provincia de Santa Fe, ya conocido por nuestros lectores por el disco homenaje al gran Toots Thielemans. La placa llega cuatro años años después de su última grabación propia y luego de haber compartido escenarios, realizado giras y participado en grabaciones con un amplio abanico de reconocidos artistas nacionales e internacionales, tales como Chango Spasiuk, Raúl Carnota, Tomatito, Divididos, León Gieco, Luis Salinas, Antonio Serrano, Víctor Heredia, Fito Páez, Eva Ayllón, Juan Carlos Baglietto, Jairo, Lila Downs y la inolvidable Mercedes Sosa, a quien acompañó en sus presentaciones en Milán, Roma y Londres en 2008.

Anda en el aire nos trae a Luciani interpretando géneros que conoce sobradamente y en los que se mueve con toda comodidad, el tango y la música de raíz folclórica, ejecutando armónica y bombo legüero y estrenándose discográficamente como un discreto pero inspirado cantante. El músico recorre este repertorio, integrado por obras de su autoría y de otros compositores rioplatenses, bien secundado por la guitarra de Leonardo Andersen y el contrabajo de Pablo Motta, y parece desconcertar al oyente al abrir el disco con el inconfundible Invierno de Vivaldi, que inmediatamente se resuelve –en un pasaje perfecto- en la hermosa cueca de Arsenio Aguirre La plumita, para iniciar –ahora sí– un derrotero por sonoridades más ligadas a la música popular argentina, aunque vuelve a sorprendernos al final con una bonita canción de un ícono del rock argentino, Luis Alberto Spinetta.

Se destacan la versión de Violentango, de Astor Piazzola; Bandoneón arrabalero, el añejo tango de Juan Bautista “Bachicha” Deambroggio y Pascual Contursi; y las canciones que Luciani compuso en colaboración con dos de los mejores autores de la actualidad, Raimundo Rosales y Alejandro Szwarcman, aunque se echa en falta la letra que este último escribió para la chacarera La sensiblera.

Entre octubre y noviembre de este año, luego de presentarse en el prestigioso Festival de Jazz de Montreal, Franco Luciani realizará una gira internacional que lo traerá por España. Será una buena ocasión para constatar en directo todo lo bueno que este disco anticipa.