Diariofolk

Apenas superada la trentena, Gabriel Amargant es uno de los músicos más solicitados en la escena musical jazzística catalana, algo que no deja de tener mérito dada la concurrencia de excelentes instrumentistas que están surgiendo de los centros de formación, que ni siquiera encuentran sitio en los pocos espacios habilitados, y dotados con unas mínimas condiciones técnicas, para poder dar a conocer sus interesantes trabajos.

Con los saxos tenor y soprano y el clarinete como herramientas predilectas, Amargant se ha abierto camino en esta difícil senda y ha editado el que ya es su tercer CD, Aire, con una formación algo limitada en las formas pero muy abierta en los contenidos, ya que tan sólo ha contado con el soporte de una sección rítmica formada por Martin Leiton al contrabajo y Ramon Prats a la batería, dos músicos tan solventes como versátiles. Así, gracias a la red tejida por este par de discretos virtuosos, que tampoco han dejado de mostrar sus habilidades en diversos solos, el líder del trío ha podido realizar todo tipo de saltos mortales.

La cantidad y la calidad de los mencionados saltos del saxofonista de Argentona no se ajustan a modos ni modas y están libres de influencias más o menos reconocibles. En todo caso, la inspiración habría llegado a partir de las lecturas, los viajes o las vivencias de su propio creador, que, además de componer el repertorio del disco, ha sabido resolver todos los posibles enigmas que plantea su música convirtiéndolos en hallazgos, con una elegancia y un savoir faire atemporales que al mismo tiempo son plenamente contemporáneos.